Ha sido un curso escolar lleno de emociones, sentimientos y como se quiera llamar a todos esos estados de ánimo que me han provocado mis alumnos del Aula Abierta en el Colegio Público Micaela Sanz Verde, en Archena.
5 alumnos, 3 niños y 2 niñas, cada cual con sus especificidad concreta y especial. No entraré a definir a ninguno, no es lugar ni merece la pena. Tan solo saber que ellos 5 ocupaban no solo toda la clase, sino todo el centro. su presencia era enorme.
La experiencia vivida fue totalmente diferente de cuando he estado en Centro Específico de Educación Especial, aunque éste tuviera sus similitudes. La cercanía de mis alumnos con sus familias, el entorno, los profesionales que me acompañaban cada mañana (ATEs), más las compañeras de la etapa, Logopedia y demás tutoras, maestro de EF, Religión y Música.
Llega a ser tan familiar la situación, que incluso he vivido con ellos actividades que me permitían compartirlas con Julia, la cual se lo pasaba en grande con ellos. En mi casa nos adaptamos todos.
Creo que no debo extenderme más de la cuenta en esto, ni añadir 500 fotos de los críos porque considero que no merece la pena. Tan solo quiero ser breve con esto, creo que soy conciso al respecto, pero si quería acordarme en mi rincón personal (después de tantos rincones como he tenido en el aula), de los que han compartido y llenado una parte de mi profesión, y de mi corazón.
Espero volver a verlos muy pronto, y poder repetir en un colegio que me acogió como uno más desde el primer día.
Besos y abrazos para el Micaela Sanz.
